James Watson, durante una entrevista en Madrid.
No hay duda de que el científico James Watson, de 86 años de edad, se ha ganado un destacado puesto en la historia de la biología al ser codescubridor del ADN con Francis Crick y los datos facilitados por Maurice Wilkins y Rosalind Franklin. Por semejante gesta científica, en 1962 los tres hombres recibieron el Premio Nobel de Medicina con la consiguiente medalla de oro y pergamino acompañante. Ahora el biólogo ha roto otra lanza al ser el primero que vende la medalla para mejorar su vida y, entre otras cosas, comprar obras de arte. "Me gustaría tener un cuadro de David Hockney porque me gusta su obra", ha comentado el biólogo americano.
La casa de subastas Christie's venderá la medalla el próximo día 4 de diciembre tras haberla tasado por un precio alrededor de los 2 millones de euros. Una cifra razonable teniendo en cuenta que la última medalla similar que salió al mercado fue la del colega, y codescubridor, de Watson, el británico Francis Crick (1916-2004), cuyos herederos vendieron la insignia de oro por 1,6 millones de euros el año pasado en subasta. Una carta de Francis Crick, dirigida a su hijo de doce años en la que explicaba el descubrimiento del ADN, alcanzó 3,7 millones de euros, una cifra muy superior a la prevista. El comprador de la medalla fue Jack Wang, director de una empresa biomédica con sede en Shanghai (China).
Los descendientes de Crick explicaron que habían decidido vender los objetos del científico para destinar una parte del dinero al Francis Crick Institute que se inaugurará el año que viene en Londres y se presenta como el mayor centro de investigación científica y médica del mundo. Las motivaciones de James Watson para vender su medalla en vida son distintas. El científico ha dicho aFinancial Times que vende la medalla para paliar las estrecheces económicas que atraviesa debido a la marginación a la que lo tiene sometido la comunidad científica por haber expresado sus opiniones en 2007 al decir que los descendientes de africanos son menos inteligentes que otras razas.
"Nadie quiere admitir que existo", advierte James Watson, quejoso porque lo ningunean. En el 2007 el científico, que además de la medalla saca a la venta alguna documentación relativa a la adjudicación de su premio Nobel, expresó sus opiniones en una entrevista al dominical The Sunday Times diciendo que las personas descendientes de africanos son menos inteligentes que la raza blanca y que este desajuste está marcado por la genética. Sus pareceres provocaron controversia entonces y han traído cola hasta ahora que, según Watson, son el origen de su marginación y la razón por la que se vende la medalla del premio Nobel. Si quiere colgar un cuadro de David Hockney en su sala de estar, debe hacerlo pronto porque con 86 años, quién sabe los que le quedan para contemplar la obra de arte que todavía no ha adquirido.
FUENTE: EL MUNDO
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