Casi una cuarta parte de la comida que se produce en el mundo se desperdicia. Así se destaca en un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que revela que de los 6.000 millones de toneladas de alimentos que se obtienen al año en todo el globo, 1.300 millones no llegan a la mesa o acaban en el contenedor.
Según José Graziano da Silva, director general de esta institución, “no podemos permitir esta situación cuando cada día 870 millones de personas pasan hambre”.
Es más, el proceso de producción de la comida que no se ingiere requiere el equivalente en agua al río Volga, el más caudaloso de Europa, e inyecta en la atmósfera 3.300 millones de toneladas de gases de efecto invernadero. La FAO estima que el coste de este fenómeno es de 750.000 millones de dólares. Las pérdidas y sus causas varían entre las distintas zonas del mundo. Por ejemplo, en los países más desarrollados, el mayor despilfarro se da entre los consumidores y durante la obtención de los alimentos, mientras que en África y Asia, ocurre en el almacenamiento y manipulado.
Fuente: muy interesante
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