El vocablo yo-yo o yoyó, pues de las dos formas se puede escribir, procede del tagalo, la lengua nativa de Filipinas, y significa volver. Hasta hace 400 años, los filipinos usaban el yoyó como arma. No obstante, el origen de este juguete parece estar en China, aunque también era conocido en Grecia por lo menos hace 2.500 años. Los artesanos helenos lo fabricaban con madera, metal o terracota, y decoraban cada pieza con dibujos de los dioses. Algunos de estos primeros yoyós pueden contemplarse en el Metropolitan Museum of Art, en Nueva York.
Hacia el año 1800, el juguete fue importado a Europa desde Oriente: los ingleses lo bautizaron como bandarole, quiz o el juguete del Príncipe de Gales;y los franceses, l?emigrette o incroyable. Por cierto, el emperador Napoleón solía entretenerse con un yoyó. En el siglo pasado, el juguete conoció momentos de gran fervor popular, hasta el extremo de comercializarse yoyós chapados en oro, como los carísimos Gold Fusion, de la de la firma Playmaxx.
FUENTE: MUY INTERESANTE
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