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jueves, 19 de marzo de 2015

Crean una proteína artificial que protege del virus del sida

 
 

Encontrar una vacuna contra el sida lleva siendo objeto de investigación más de 30 años. Durante este tiempo, los investigadores se han topado con múltiples obstáculos para determinar qué respuestas inmunológicas podrían hacerle frente al VIH con objeto de crear una vacuna para esta enfermedad de transmisión sexual que afecta en la actualidad a más de 35 millones de personas en todo el mundo.
 
Ahora, un equipo de científicos de The Scripps Research Institute de Florida (EE.UU.) ha demostrado que una molécula fabricada en laboratorio puede proteger al organismo del VIH de forma completamente eficaz.
 
En el experimento, realizado con cuatro monos, los expertos imitaron artificialmente un anticuerpo de nuestro sistema inmune y lo introdujeron en los monos a través de un virus inocuo que portaba la molécula, descubriendo que a pesar de inyectar grandes dosis del virus del sida, estos seguían siendo inmunes a los efectos del virus. No habían sido contagiados. Esto es, la proteína artificial era capaz de proteger el sistema inmune mucho mejor que un anticuerpo natural, defendiendo al organismo del VIH.
 
El positivo efecto de esta proteína artificial se debe a las últimas investigaciones que han permitido identificar cómo el VIH infecta a las células. Utilizando este mecanismo, el nuevo compuesto (cual caballo de Troya) sorprende y neutraliza por completo el avance del virus ya que consigue engañarlo haciéndole creer que se trata de un glóbulo blanco. Al no poder infectar, ya que se trata de un pseudo-leucocito y no uno natural, el virus queda completamente neutralizado.
 
“Esta es la culminación de más de una década de trabajo en bioquímica sobre cómo el VIH entra en las células. Cuando arrancamos nuestro trabajo original, la gente pensaba que era interesante, pero nadie vio el potencial terapéutico. Ese potencial está empezando a hacerse realidad”, explica Michael Farzan, líder del estudio.
 
El prometedor hallazgo ha sido publicado en la revista Nature.
 
FUENTE: MUY INTERESANTE

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